Día en la Warner
Hola chic@s, espero que este post os resulte un poco más alegre que el anterior. Habla sobre el día que está a punto de acabar, que he pasado en la Warner.
Aunque no os lo creáis, ayer ni salí para poder estar en condiciones y disfrutar del día completo en la Warner, así que Aritz y yo nos quedamos viendo una peli, cenando en casa y durmiendo a una hora inusual en sábado.
El domingo a las 9 de la mañana estábamos despiertos. Había que ir pasado Pinto, un pueblo al sur de Madrid para llegar a la Warner. De hecho teníamos que utilizar 5 vehículos distintos para llegar, un autobús de nuestra casa al metro, metro hasta la estación de Cercanías, otro hasta Atocha, otro hasta Pinto, y otro hasta el parque (nada más la parte de los tres Cercanías costaba ¡4,50€! ida y vuelta, 2,20€ a Aritz porque "sólo" tenía que pagar una zona más de su abono habitual). Tras salir a las 9.50 de casa, llegamos a la Warner hacia las 11.10, justo abrían a las 11 así que todo perfecto. Además teníamos 2x1 (razón por la que fuimos en domingo, y no en sábado que no valía el descuento), y nos salió la entrada por la mitad.
El parque era enorme, y ya dentro se descubrió lo que se intuía en el transporte público: éramos un poco mayores comparando con la media de edad de los visitantes. El perfil más típico era una parejita de unos 15 años (pensar que a esas edades yo casi jugaba con los playmóvil... bueno ahora con otras cosas que no son playmóvil pero sigo igual de "parao"), o, en su defecto, grupos de niñas de la misma edad. Últimamente ya estaba acostumbrado a sentirme el abuelo. Aunque eso sí, eso de ir Aritz y yo tenía sus ventajas, ya que en muchas atracciones había gente que quería entrar en grupo, y si ibas dos te podías saltar parte de las colas (legalmente).
En cuanto a las atracciones, nos montamos en todas las consideradas "negras" (las que causan más sensación). Así, fuimos primeramente al Hotel Embrujado, que resultó un fiasco; nos montamos después en el Stunt Fall, con un gran comienzo (sobre todo para mí, que llevaba unos 10 años sin montarme en una montaña rusa), pero que no disfruté hasta el segundo viaje por eso mismo, aunque esta atracción no decepcionó para nada. Después fuimos al Superman, y descubrimos la atracción del lugar, ya que fue la que más nos gustó, y repetimos hasta un total de cuatro viajes. Eran increíbles sus vistas (daba casi igual en qué fila estuvieras), sus subidas y bajadas, y que conseguía mantener un ritmo constante en tus subidas de adrenalina (las demás atracciones eran muy de tener un sólo "subidón"). También vimos el Batman (dos viajes), las atracciones acuáticas (Cataratas Salvajes, y Río Bravo, esta última dos veces, y acabando en ambas literalmente empapados, y con unas cuantas bajadas emocionantes también. También montamos un par de veces en Coaster-Express, una montaña rusa más "tradicional", pero que no por ello dejaba de merecer la pena. Otra de las atracciones fuertes fue "La Venganza del Enigma" que se vendía como 100 metros de caída libre. En realidad eran unos pocos metros de caída libre y luego mantenía la velocidad, aún así iba rapidísimo, aunque era una sensación muy corta, de 3 segundos aproximadamente, pero la caída aún así resultaba literalmente impresionante. Tuvimos la ocasión de presenciar asimismo un par de espectáculos tipo teatro sobre películas de Warner: Arma Letal y Batman Returns. Vamos, que no nos dejamos nada interesante sin ver (había atracciones menores que eran más bien para niños que nos saltamos). Por último unas compras en la tienda de Cartoon Village para los hermanos pequeños (que también se lo merecen), y a todo correr para el Cercanías, que pillamos de casualidad a las 21.37.
A las 23.00, tras los mismos trasbordos que a la ida, llegamos a casa, destrozados pero contentos la verdad. Pocas veces me oiréis decir que mereció la pena no salir el sábado, aunque puede que también tenga que ver que el jueves cojo vacaciones, voy para Vitoria, y el viernes estaré saltando en la Blanca con la "Bajada de Celedón" y todos lo que tenga que ver con la cuadrilla de blusas. Seguro que también tiene que ver a que hoy es uno de los días que más contento vuelvo a casa desde que estoy en Madrid. Con qué poco podemos estar contentos, la verdad. Ya sabéis, cuando os apetezca una visitilla al parque, me avisáis, así de paso podéis venir a visitarme a mí.
Ahora, tras una ducha caeré rendido en la cama y mañana a trabajar, que es la última semana.
Un saludo a todos, Raúl.
Aunque no os lo creáis, ayer ni salí para poder estar en condiciones y disfrutar del día completo en la Warner, así que Aritz y yo nos quedamos viendo una peli, cenando en casa y durmiendo a una hora inusual en sábado.
El domingo a las 9 de la mañana estábamos despiertos. Había que ir pasado Pinto, un pueblo al sur de Madrid para llegar a la Warner. De hecho teníamos que utilizar 5 vehículos distintos para llegar, un autobús de nuestra casa al metro, metro hasta la estación de Cercanías, otro hasta Atocha, otro hasta Pinto, y otro hasta el parque (nada más la parte de los tres Cercanías costaba ¡4,50€! ida y vuelta, 2,20€ a Aritz porque "sólo" tenía que pagar una zona más de su abono habitual). Tras salir a las 9.50 de casa, llegamos a la Warner hacia las 11.10, justo abrían a las 11 así que todo perfecto. Además teníamos 2x1 (razón por la que fuimos en domingo, y no en sábado que no valía el descuento), y nos salió la entrada por la mitad.
El parque era enorme, y ya dentro se descubrió lo que se intuía en el transporte público: éramos un poco mayores comparando con la media de edad de los visitantes. El perfil más típico era una parejita de unos 15 años (pensar que a esas edades yo casi jugaba con los playmóvil... bueno ahora con otras cosas que no son playmóvil pero sigo igual de "parao"), o, en su defecto, grupos de niñas de la misma edad. Últimamente ya estaba acostumbrado a sentirme el abuelo. Aunque eso sí, eso de ir Aritz y yo tenía sus ventajas, ya que en muchas atracciones había gente que quería entrar en grupo, y si ibas dos te podías saltar parte de las colas (legalmente).
En cuanto a las atracciones, nos montamos en todas las consideradas "negras" (las que causan más sensación). Así, fuimos primeramente al Hotel Embrujado, que resultó un fiasco; nos montamos después en el Stunt Fall, con un gran comienzo (sobre todo para mí, que llevaba unos 10 años sin montarme en una montaña rusa), pero que no disfruté hasta el segundo viaje por eso mismo, aunque esta atracción no decepcionó para nada. Después fuimos al Superman, y descubrimos la atracción del lugar, ya que fue la que más nos gustó, y repetimos hasta un total de cuatro viajes. Eran increíbles sus vistas (daba casi igual en qué fila estuvieras), sus subidas y bajadas, y que conseguía mantener un ritmo constante en tus subidas de adrenalina (las demás atracciones eran muy de tener un sólo "subidón"). También vimos el Batman (dos viajes), las atracciones acuáticas (Cataratas Salvajes, y Río Bravo, esta última dos veces, y acabando en ambas literalmente empapados, y con unas cuantas bajadas emocionantes también. También montamos un par de veces en Coaster-Express, una montaña rusa más "tradicional", pero que no por ello dejaba de merecer la pena. Otra de las atracciones fuertes fue "La Venganza del Enigma" que se vendía como 100 metros de caída libre. En realidad eran unos pocos metros de caída libre y luego mantenía la velocidad, aún así iba rapidísimo, aunque era una sensación muy corta, de 3 segundos aproximadamente, pero la caída aún así resultaba literalmente impresionante. Tuvimos la ocasión de presenciar asimismo un par de espectáculos tipo teatro sobre películas de Warner: Arma Letal y Batman Returns. Vamos, que no nos dejamos nada interesante sin ver (había atracciones menores que eran más bien para niños que nos saltamos). Por último unas compras en la tienda de Cartoon Village para los hermanos pequeños (que también se lo merecen), y a todo correr para el Cercanías, que pillamos de casualidad a las 21.37.
A las 23.00, tras los mismos trasbordos que a la ida, llegamos a casa, destrozados pero contentos la verdad. Pocas veces me oiréis decir que mereció la pena no salir el sábado, aunque puede que también tenga que ver que el jueves cojo vacaciones, voy para Vitoria, y el viernes estaré saltando en la Blanca con la "Bajada de Celedón" y todos lo que tenga que ver con la cuadrilla de blusas. Seguro que también tiene que ver a que hoy es uno de los días que más contento vuelvo a casa desde que estoy en Madrid. Con qué poco podemos estar contentos, la verdad. Ya sabéis, cuando os apetezca una visitilla al parque, me avisáis, así de paso podéis venir a visitarme a mí.
Ahora, tras una ducha caeré rendido en la cama y mañana a trabajar, que es la última semana.
Un saludo a todos, Raúl.
posted by Raúl @ 23:22
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